La pintura propiamente dicha donde subsistió en el estilo gòtico fue en los retablos (adosados a la pared) , son las tablas pintadas que forman los frontales o los laterales de los altares y en los muros de las capillas laterales. Puede diferenciarse, además, entre los retablos, que son tablas pintadas o esculpidas que ornamentan los altares de las iglesias, y las tablas de devoción, individuales, de menor tamaño, que adornan las iglesias y las casas particulares.
El estudio de los retablos permite analizar la evolución de la pintura durante todo el gótico. De una estructura formada por una sola tabla se pasa a la formada por tres tablas, las laterales suelen ser móviles para poder cerrar el conjunto. Ya en el siglo XIV se impone el retablo rígido con múltiples tablas.
El retablo está organizado con un cuerpo inferior de menor tamaño que el resto, el el banco o predela. El conjunto se organiza horizontalmente en cuerpos y verticalmente en calles, separadas por las entrecalles. La calle central es la más ancha de todo el conjunto. La técnica utilizada en estos retablos es generalmente el temple, en el que se utiliza el huevo o la cola obtenida de los huesos de los animales como aglutinante de los colores. Desde el siglo XV se comienza a utilizar la pintura al óleo, inventada por los pintores flamencos y que utiliza el aceite como aglutinante.

No hay comentarios.:
Publicar un comentario